Productividad, también en el deporte

Hace unas semanas hacía reseña a una técnica de productividad conocida como técnica pomodoro, la cuál, como describí, me ha sido de gran utilidad y la utilizo en los días en los que la cabeza está en otro lado y cuesta concentrarse.

Otras de las cosas que aplico para que me de tiempo al máximo número de tareas diarias (que, entre trabajo, entrenos, máster, casa etc...son mil y una) es la de los 2 minutos. Consiste, ni más ni menos, en que si hay algo que puedo hacer en menos de 2 minutos lo hago, sin dejarlo "pa luego". Parece sencillo y tonto, pero os aseguro que a mi, en particular, me hace ganar muchos minutos al reloj cada día. Y, si no lo hacéis ya, probar a haceros la cama antes de ir al trabajo o preparar la bolsa de deporte la noche anterior. Espero vuestro feedback e ideas para ampliar la lista. ^^

Centrándome más en el tema del post, hay días en los que tu cabeza está en cualquier otro lado menos entrenando. Estás "sumando por sumar", sin disfrutar y lo peor no es que no encuentres sensaciones, sino que ni siquiera las buscas.

En deportes como la carrera o la ciclismo, esto puede disimularse un poco más, dejándonos llevar.

Pero, en otros como la natación, que requieren una concentración más exigente, si tu cabeza está no solo fuera del agua sino también de la instalación, la sesión se hace dura e ineficiente. Cuando te das cuenta, no estás nadando, estás luchando contra el agua, sin deslizamiento y, para más inri, padeciendo porque no te apetece estar allí.

Ante esta situación, mi consejo es salir del agua, ducharse y a otra cosa. Es bastante más productivo el abandonar un entreno esporádico que estar peleando con tu cabeza, sin encontrar sensaciones ni motivación que te hagan disfrutar.

En los proyectos profesionales que llevemos entre manos, en nuestra empresa o en particular, ante un estancamiento debido a la falta de ganas, a estar desconcentrado o desmotivado, lo mejor es cerrar el laptop y tomarse un respiro.

La conclusión es sencilla: Nuestra cabeza es capaz de rendir y ser mucho más productiva y eficiente cuando estamos motivados, concentrados y con energía. Sin embargo, es torpe, ineficaz y lenta cuando tenemos la cabeza en otro mundo.

Por lo tanto, no hay ningún problema en "perder" un entreno o unas horas de trabajo para desconectar y despejarse en "los días raros", como dice Vetusta Morla; sobre todo si nos carga las pilas y nos devuelve esa energía para afrontar el siguiente.

Obviamente, si esto nos pasa con frecuencia, tenemos un problema y por mucha técnica productiva que apliquemos no será suficiente. Deberemos entonces preguntarnos si de verdad estamos haciendo lo que nos gusta. Pero eso es otra historia.

Saludos,